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La Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) publicó el 16 de marzo de 2023 su Índice de Preparación para las Tecnologías de Frontera, que mide la capacidad de los países para adoptar y aprovechar las innovaciones tecnológicas más avanzadas.
El índice se basa en cinco pilares: TIC (tecnologías de la información y la comunicación), habilidades, investigación y desarrollo, industria y finanzas. Cada pilar tiene un peso del 20% en el cálculo del índice general, que va de 0 a 1.
Según el informe de la UNCTAD, México bajó cuatro lugares en el ranking global del índice, pasando del puesto 57 en 2020 al 61 en 2022. Sin embargo, México mejoró su puntuación general del índice, pasando de 0.54 a 0.58 puntos.
Comparando la clasificación de 2020 con la de 2022, México bajó su posición en TIC (del lugar 68 al 70) e Investigación y Desarrollo (del 29 al 45), a la vez que mejoró en Habilidades (del 83 al 73) e Industria (del 33 al 31 y se mantuvo en Finanzas (96).
El informe destaca que algunos países en desarrollo están bien situados para aprovechar las tecnologías de frontera, como la inteligencia artificial, el internet de las cosas o la biotecnología. Entre ellos se encuentran China (puesto 25), India (43), Brasil (49) y Sudáfrica (59).
La UNCTAD señala que las tecnologías de frontera pueden ofrecer soluciones a los desafíos globales como el cambio climático, la salud o la seguridad alimentaria. Sin embargo, también advierte que existe una brecha digital entre los países desarrollados y los países en desarrollo que puede aumentar las desigualdades existentes.
Para reducir esta brecha y avanzar hacia una transformación digital inclusiva y sostenible, la UNCTAD insta a los países en desarrollo a que adopten tecnologías de vanguardia y sigan diversificando sus bases de producción mediante el dominio de muchas tecnologías existentes.
Asimismo, recomienda a los países desarrollados que apoyen a los países más pobres mediante la cooperación internacional, el intercambio de conocimientos y experiencias, y el fomento de un entorno normativo favorable para las tecnologías de frontera.
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