En Ixtlahuacán, Colima, la celebración de los Reyes Magos, que comienza la noche del 5 y concluye el 6 de enero, toma un tono especial, gracias al sincretismo de la tradición de la fe católica con las tradiciones de las comunidades náhuatl originarias, transformándose en la fiesta popular conocida como “Los Chayacates de Ixtlahuacán”.
Esta celebración, que es una de las más antiguas de la entidad, está plasmada en el libro del fotógrafo mexicano Mario Alberto Chávez Cárdenas, Los Chayacates de Ixtlahuacán. Una historia de tradición y devoción, publicado en formato digital, en el año 2019.
En entrevista, el fotógrafo, originario de la ciudad de Tijuana pero radicado en Colima, señala que en 2016 surgió la idea de hacer un rescate fotográfico de las fiestas y tradiciones de Ixtlahuacán.
“La idea surgió a partir de un taller que tomé con el fotógrafo Santiago Escobar, en el Foto Museo Cuatro Caminos (Ciudad de México). Yo tenía 10 años viviendo en Colima y, en mi recorrido por los diferentes municipios, me llamó mucho la atención esta celebración, pues algo interesante es que está toda la parte de la pastorela, los Reyes Magos, el Niño Jesús y la sagrada familia, pero mezclado con cuestiones prehispánicas”, explica Chávez Cárdenas.
De acuerdo con la tradición, los chayacates son un grupo de cuatro viejos indígenas con vestimenta elaborada con ixtle y acapán, dos fibras vegetales, la primera elaborada a partir del agave lechuguilla y la segunda, obtenida de la planta popularmente conocida como acapán o tronadora; van acompañados de marionetas, elaboradas con cueros de tejones, que simulan ser perros.
El día 5 de enero recorren el pueblo en busca del camino que los llevará al pesebre donde nació el Niño Dios. Los chayacates intentarán robárselo para protegerlo del Rey Herodes; en su travesía deberán luchar contra los diablos que quieren desviarlos de su destino.
“Hay una serie de ritos que se hacen y que tienen que ver con la cuestión de la cosecha, de la recolección de frutos, de miel y todo eso está amalgamado con las creencias católicas y los ritos prehispánicos de la zona”, dijo el creador.
En el libro, disponible en formato digital en el sitio web oficial de Mario Alberto Chávez https://mariochavez.io/, se recoge el simbolismo de la celebración, en las imágenes se plasma el recorrido que inicia el día 5 de enero y que culmina el día 6, cuando los cuatro personajes recorren una vez más el pueblo para recoger “tlacualis” o alimentos ofrecidos por los vecinos, a quienes los chayacates hacen bailar mientras ellos cantan en náhuatl.
Antes de concluir la fiesta, los chayacates realizan la representación del ciclo agrícola del maíz: comienzan con la medición de los terrenos para sembrar, luego afilan las coas (instrumentos que se utiliza para abrir hoyos en la tierra) y se ponen a sembrar; hacen la pizca y luego el reparto de la cosecha entre los miembros de la comunidad. También cosechan miel de colmena. Para concluir, estos personajes son coronados con pan ritual frente a la iglesia; a la fiesta acuden las y los habitantes de Ixtlahuacán, así como vecinos de otras comunidades del estado.
“Esta zona es bastante rica en términos de tradiciones y fiestas populares, sobre todo el sur de Jalisco, Colima y la parte que colinda con Michoacán”, agrega el fotógrafo.
Además de este material, Mario Alberto Chávez Cárdenas ha publicado los fotolibros El color del olvido, que narra a través de imágenes el deterioro de algunas de las casonas más antiguas del Centro Histórico de Colima; Una mirada desde el cielo, conformado por 76 fotografías capturadas con un dron que recorrió desde las alturas los 10 municipios de dicha entidad.
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