%2013_34_19.png)
Por Pablo A. Anduaga
Cada vez es más patente la necesidad de migrar nuestras fuentes de energía hacia las llamadas “verdes” o limpias, no sólo porque serán más baratas, sino por el impacto climático que empieza a mostrar sus efectos y de nada servirá hacer el cambio cuando tengamos resultados irreversibles en el planeta.
La energía eólica es la más pura fuente de energía conocida hasta el momento, prácticamente no genera efectos nocivos en su instalación, generación y distribución. También es una fuente infinita y hasta cierto punto constante, pues las corrientes de aire en el planeta están ya muy estudiadas y definidas.
En general la industria eólica sigue en pañales salvo contados países, pero México muestra un interesante desarrollo que, aunque no es suficiente, es esperanzador. En cifras frías, hasta el 4 de febrero se había generado 6,238 megavatios en 71 centrales comerciales eólicas y 10 nuevos parques construidos en 2019. Fue un año récord.
Sin embargo, aún falta mucho para que dar que lo eólico se convierta realmente en una fuente principal para nuestro consumo. La Iniciativa Privada aún se muestra cautelosa en el tema, sin embargo, hay empresarios con visión que se han convertido en incansables promotores para crear grupos de inversión que fortalezcan al sector y le permitan competir, ese es el caso de Alejandro Gómez Casso.
Su compromiso ambiental no se queda sólo en la energía eólica, también es un intenso defensor de los mares y su flora y fauna, recientemente estuvo gestionando para recaudar recursos para comprar un tipo específico de robot marino que proteja y estudie las barras de coral mexicanas, sobre todo las del Caribe.
De visita en la cumbre Mexico Wind Power, único evento especializado en el rubro, Gómez Casso habló sobre la necesidad de que los hogares mexicanos sustituyan sus fuentes energéticas como lo hacen en Holanda, China, Estados Unidos, Alemania, India y España, que son líderes del sector.
A nivel global, la Global Wind Energy Council registró un aumento de 9.6% en la capacidad mundial instalada. Si en verdad estamos comprometidos con el futuro, apostemos por esta alternativa.
Terraplenes…
La pandemia del Coronavirus Covid-19 frenó todos los conciertos a nivel mundial, habrá que esperar al menos dos meses para que se reactiven, mientras tanto es un buen momento para conocer música nueva. Al respecto de los artistas, algunos ya comienzan a padecer los estragos. La banda italiana Rhapsody (en su formato Turilly&Lione) puso de su bolsa para financiar su gira mundial ante la falta de compromiso de muchos promotores. La cancelación de conciertos, vuelos y no reembolsos los pusieron en una situación crítica, así que abrieron un crowdfunding para solventar las deudas y sobrevivir este momento. Vienen de lanzar el espectacular “Zero Gravity”, seguro sus fans no olvidarán a esta legendaria banda de metal sinfónico.
