Petróleos Mexicanos, dirigido por Octavio Romero Oropeza, ha cambiado su estrategia y se enfocará en el desarrollo de grandes campos petroleros que presentan complejidades técnicas, por lo que la compañía impulsará dos proyectos inusuales.
Se trata del campo de aguas profundas Lakach, ubicado frente a las costas del estado de Veracruz, y el campo de crudo pesado Kayab, ubicado costa afuera de los estados de Campeche y Tabasco, además contempla el desarrollo del enorme descubrimiento Zama frente a las costas de Tabasco.
Aunque anteriormente la empresa se enfocaba en sus segmentos más habituales, como aguas someras y campos terrestres de crudo ligero y gas, Octavio Romero Oropeza señaló que la nueva estrategia de PEMEX se enfocará en proyectos grandes y ambiciosos, de alta inversión y con grandes riesgos, pero también con elevados beneficios potenciales.
Si tiene éxito, la petrolera podría aumentar su producción de crudo y gas a largo plazo y crear sinergias con su estrategia de refinación.
Un ejemplo de esta nueva estrategia es el campo de crudo pesado Kayab, en el que Petróleos Mexicanos planea invertir US$18.700 millones durante la próxima década para recuperar 494 millones de barriles de crudo y 53.200 millones de pies cúbicos de gas natural a través de perforaciones y la terminación de 35 pozos.
A pesar de que el regulador mexicano del sector upstream, CNH, calificó el plan como una gran oportunidad asociada a una gran incertidumbre, la compañía decidió abordar el campo sin un socio privado más experimentado.
Con aproximadamente 500 millones de barriles, Kayab es comparable en tamaño a Zama, el descubrimiento privado más grande de México, que ahora también es operado por PEMEX, con estimaciones que llegan a 850 millones de barriles de crudo ligero.
La nueva estrategia de PEMEX implica un cambio significativo respecto a su enfoque anterior, que buscaba diversificar la producción entre muchos campos más pequeños en áreas donde tenía infraestructura y conocimientos técnicos.
Así, la producción de los nuevos campos ha logrado compensar el declive de áreas heredadas de la compañía, pero solo pudo aumentar considerablemente la producción petrolera al incluir el condensado, crudo extraligero que generalmente se reporta por separado del petróleo.
No obstante, la compañía ha optado por reportarlos conjuntamente, ya que sin condensado, la producción de la petrolera mexicana se ha mantenido estable durante los últimos tres años.
Aunque la estrategia implica grandes riesgos, también tiene el potencial de generar grandes beneficios a largo plazo, entonces, si PEMEX logra llevar a cabo con éxito sus proyectos ambiciosos, podría aumentar su producción de crudo y gas y fortalecer su posición en el mercado.
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